sábado, 31 de mayo de 2008

Yo soy la culpable

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"No existe peor ciego que el que no quiere ver" dice mi madre con frecuencia. Y es así, muchas veces, nuestras vidas no alcanzan el potencial que deberían alcanzar porque nos pasamos echándole a los demás las culpas de lo que no funciona en nuestra vida.

Buscamos incesamente un culpable, de lo que nos sucede. El esposo, la situación financiera, el "diablo", "Dios", la suegra, tu amiga, la cuñada, la persona que se cruzó delante de la pareja..., la compañia de tarjetas de crédito (por habernos ofrecido esa tarjeta), el banco... etc... y lo más lamentable de todas las cosas es que no nos dimos cuenta, de que realmente hemos sido nosotros, los culpables de la cosas que nos suceden... desde el principio, hasta el final...

La vida se convierte entonces en una cosecha... si sembramos maiz, no esperemos cosechar sandías... si hemos tratado con desdén y violencia a nuestros hijos, no esperemos alcanzar hijos comprensivos y amorosos. Si golpeamos mental o físicamente a nuestros cónyuges, no esperemos amor a manos llenas ni comprensión a la medida... si estamos endeudados hasta el cuello por aceptar, préstamos, tarjetas de crédito u otras cosas que nos han facilitado todo eso por cuanto desfallecemos... no le echemos la culpa a los bancos, las emisoras de tarjetas o incluso a nuestros padres por no habernos enseñado a cuidar nuestro crédito... las decisiones fueron nuestras, los resultados... son nuestros. Hemos sembrado maiz... pues tendremos que comernos todas las mazorcas que nos hayan salido.

Mucha gente tiende a echarle la culpa al diablo, o en su momento a Dios, de cuanto le sucede... que si el matrimonio va mal, es porque el diablo metio la cola, o porque Dios "permitió que asi sucediera". Vaya mentira más grande, error más inmenso. Las cosas van mal en nuestra vida, porque nosotros tenemos la libertad de elegir, y hacer las cosas, y las hacemos mal. Dios y el diablo no tienen nada que ver ante nuestras decisiones... somos nosotros los que abrimos la puerta para que el mal entre... y las cosas sucedan...

Y si entendemos esto, entonces podemos entender tambien que nuestra vida, es una tarea completa de responsabilidad. Si empezamos bien un matrimonio, debemos terminarlo de la misma manera, bien y responsablemente. Si una transacción de dinero, de la misma forma... si una relación de amistad, también.

Recordémonos del primer momento donde el problema se empezó a generar, y veamos ese instante separado de todas las circunstancias, que ahora nos aquejan. Al dar el primer golpe, al tomarse el primer trago de alcohol, al solicitar el primer préstamo bancario, al dar el primer tarjetazo... la primera infidelidad... todo eso no lo hizo Dios, el diablo, las circunstancias de la vida o papá y mamá... fuimos nosotros... y si podemos darnos cuenta de eso... y subsanarlo... empezaremos caminar en una vida mucho más libre de preocupaciones... y habremos derrotado ese mal hábito, de echarle la culpa a las circunstancias... cuando la culpa verdaderamente... es nuestra.

3 comentarios:

Jinna dijo...

Hola Lore!

Verás, yo no creo que haya culpa. La culpa es un sentimiento negativo que proyectamos hacia los otros o hacia sí mismo.

El problema principal es que no nos enseñan desde pequeño que todos nuestros actos tienen consecuencias y que esas hay que asumirlas.

Cuando das un paso tienes que darlo a conciencia y aprender a no esconder la cabeza o sentir temores en cuanto aparecen las primeras consecuencias. En el momento que diste el paso tu decisión era la más correcta y sensata para ti.

¿Un error? Pues todos cometemos alguno, porque somos humanos. Así que lo único que queda es asumirlo y echar para adelante. Los errores serán los que más nos enseñen en la vida.

Y no hay que olvidar nunca... que todo en la vida tiene una razón de ser o de suceder.

Un beso guapa!

Unknown dijo...

Mi queridisma Jinna!!!
pues no hablo de esa culpa que nos mata, y nos destruye, quizás erré al usar el término.

Hablo de tomar responsabilidad y se conscientes de que lo que nos sucede no es por avatares del destino, ni porque el horóscopo del ´dia lo predijo asi, sino porque nosotros decidimos, consciente o inconscientemente dar ese paso...

Es un poco complicado tratar este tema sin caer, en querer evadir este sentimiento, pero me he dado cuenta, con mi propia vida, que si en algún momento aprendemos a que la vida no es para vivirla así, dejando pasar todo, sino siendo conscientes de lo que hacemos y las decisiones que tomamos, quizas los rumbos hubiesen sido diferentes...

Gracias por tu comentario... besos y te quiero muxo!

S. dijo...

Mmmm, muy preciso ese post. Espero que quienes lo leamos lo valoremos como un tesoro.