sábado, 14 de abril de 2012

cayeron las hojas del parral

Cayeron las hojas del parral, las limpiaron, las recogieron y quedó un vacío... y al observar el cielo a través del espacio que una vez ocupaban me ponía a pensar en la restauración del ser... de cómo muchas veces deberíamos sentarnos... reflexionar y ver dentro de nosotros mismos, lo que deberíamos cambiar, los caminos nuevos a enfilar, el listado de alegrías e ilusiones que está por delante de nosotros y que quizás entre tanta rama y tanto dolor no nos atrevemos a arrancar y a poder ver de nuevo, nuestro camino limpio de las hojas y la suciedad que hemos acumulado.

Existen momentos en nuestra vida, en que debemos hacer un alto, reconstruir los caminos rotos, y limpiar heridas profundas. Muchas veces obviamos este proceso, es decir en la mayoría de las veces, dejamos que nuestra vida vaya acumulando tanta basura, que llega un momento en el que no podemos dar un paso más y nos sentimos agobiadas, preguntándonos, ¿cómo fue que llegamos hasta aquí? ¿nos lo merecemos?

Y bueno, la naturaleza es sabia, nos da estaciones para cambiar, limpiar y rehacer las cosas, sin darnos cuenta el entorno alrededor nuestro se modifica, entonces surge la pregunta... ¿por qué no nosotras tambien?

Estamos cansadas de recibir las cosechas de lo sembrado, vamos cometiendo errores en el caminar que son puerta a futuros errores y aún más trascendentales. En medio de esta tormenta o como decían las abuelitas "este valle de lágrimas" debemos construir un refugio seguro para nuestra alma, para nuestra vida y para nuestros sueños...

... y así como vamos limpiando nuestro viñedo, irán saliendo también las plagas y los animales rastreros, quedará un momento de vacío y de incertidumbre, pero estamos preparando el próximo brotar de las hojas... y duele, yo lo se, duele, pero no hay como ver esos verdes retoños (nuestras ilusiones) tomar forma de nuevo y convertirse en dulces racimos de uvas (nuestros sueños alcanzados) que proveerán sonrisas, en lugar de lágrimas.

lunes, 9 de abril de 2012

Lo inevitable

Lo inevitable va a suceder... aunque nos convirtamos en lo que no deseamos (que es usualmente lo que siempre hacemos ante las preocupaciones). Todo lo que hemos construido, debe tener un final... ya sea para bien o para mal.

Lo que importa ante todo es la actitud que tengamos ante estas cosas. Muchas personas se amargan la vida, pensando que jamás serán felices... y así será... porque lo están promoviendo. Otras se entristecen y deprimen porque piensan que jamás conocerán a alguien que las haga sentir especiales, y en base a ese pensamiento, se atan a seres monstruosos que jamás las valorarán y que solo las destruirán.

Ante lo inevitable no hay medicina... siempre llegará... pero quizás un cambio, un giro en nuestra actitud y pensamiento... pueda cambiar el curso de los eventos y nuestra vida tomar otro giro. Acá, en mi exilio voluntario, en estos tiempos en que puedo pensar más claramente, y puedo observar tantas cosas que antes no podía... porque me había sumergido en un mundo de preocupaciones... puedo decir todo esto que he dicho porque lo he vivido.

La vida no es una línea recta... tampoco es un horario de buses... tiene sus altas y sus bajas... sus entreveros y sus escondrijos... y de vez en cuando... nos sorprende gratamente, con baúles por abrir, por senderos nuevos por recorrer... por cruces de caminos que nunca pensamos en recorrer... y ante lo inevitable... una sonrisa y a encararlo, porque el día que llegue... no dolerá tanto pues habremos vivido una vida plena.