martes, 4 de mayo de 2010

La Esclavitud


Nos dejamos atar con cadenas viejas, con cadenas nuevas, pero al fin del cabo son cadenas que nos hacen esclavos. Y es increíble como vamos dejando de ser nosotros mismos para convertirnos en seres sin color... tristes y apacibles, ante el avasallamiento de quien suele ser nuestro amo.

La vida nos fue dada con un set de colores, con un set de partecitas que van haciendo de cada momento o cada evento, algo especial. Vamos transformando nuestros palitos y trocitos en edificios y vamos formando uno a uno nuestros sueños y viendo como se transforman en realidad.

Es aquí cuando tenemos que usar nuestra visión. No podemos dar por descontado que las cosas tienen que suceder y ya. Ser conscientes y atentos ante todo nos da la profundidad de las cosas. ¿Qué me sucederá al asociarme con esta u otra persona, o al emprender determinado evento? No que seamos personas controladoras, pero si que podamos elegir nuestro propio camino, y guardar el YO.

He visto vidas derrumbarse tras las cadenas de una esclavitud silente. Imposición, deberes, culpa, llámese como quiera a la excusa de la dependencia de otra persona. Como que fuese nuestro último puerto, nuestra última salida. Cuando tenemos tanto por dar y vivir, y no nos damos cuenta de ello.

Perdemos el ritmo, callamos los cantos, oscurecemos las estrellas de nuestra propia vida, al querer vivir bajo el tormento de los fantasmas de los otros. Debemos tener nuestro propio tambor, llevar nuestro propio ritmo y al final, si la cantamos mal, será nuestra melodía entonada con nuestra propia voz.

Soltemos las cadenas de lo habitual. Destruyamos lo yugos de lo que "debe ser". Oxidemos los grilletes de la "sociedad y su establishment". Al final, los que morimos o vivimos somos nosotros y a nadie le importa como terminará nuestra historia. Los que sufrimos o gozamos fuimos nosotros. Y nuestros "amos", al nosotros liberarnos... buscarán otros esclavos, que estén dispuestos a arruinar sus vidas, junto a ellos.

Lore.04.05.10

1 comentario:

Julio Cesar Madriaga Romare dijo...

Hermoso tema el tuyo, pero del dicho al hecho...hay un gran trecho...
Muy bueno lo tuyo.