domingo, 9 de mayo de 2010

Madres...


Este es el día cuando existen las flores, cuando las cenas abundan, cuando los regalos transitan. Madres, las cuidadas, las descuidadas, las olvidadas.

Y... existen tipos de madres. Las abnegadas, las sacrificadas, las amadas, las idolatradas. Existen tipos de madres, las que fueron madres por que lo anhelaron, porque lo desearon, porque las obligaron, porque las violaron. Pero al final madres todas....

Existen tipos de nidos, los que acogen, los que aman, y protegen. Otros en cambio repelen, y hasta como duelen, destruyen. No se si a esta categoría se les podría llamar madres, donde habita el egoísmo, donde no se nombra el cariño donde todo es como una fría obligación.

Sea como sea, donde sea y en donde estemos ubicadas como madres, debemos reflexionar al día de hoy, que no existen hijos malos, que no nacieron torcidos, que no son fruto de la herencia del maldito padre... sino que consistió en nosotros moldear su camino y si no lo hicimos las consecuencias sufriremos.

A cualquier categoría que nos corresponda, tengamos el pelo canado, o aún oscurecido, o quizás nuestro hijo aun no haya nacido, debemos darnos cuenta de que los hijos no son accesorios, que no se utilizan, que no se manipulan, que no debemos castrarlos emocionalmente.

Somos águilas que debemos fortalecer las alas de nuestras crías. Somos halcones, leonas... debemos crear corazones corajudos, nobles, fuertes ante las tormentas. Somos bancos de respuestas, fuentes, pozos... sabiduría.

Triste la historia de la madre que hace que su hija repita la historia triste de su vida. Esa que no tiene un pecho para cobijar y consolar. Triste la historia de la madre que repele el abrazo y el amor de un hijo. Triste la historia que ve a su hijo como un medio de manutención más que de emoción, de amor inmenso...

Madres, ese título debemos ganárnoslo a fuerza de amor, de lucha... de perseverancia. Madres abnegadas si, pero no esas que nos pintan en las fotos, de rosas y claveles, abrazando al recien nacido. Madres que se rompen el pecho para que sus hijos beban de su sangre. Madres, esas que se quitan el pan de la boca por que sus hijos coman. Madres, esas que pasan las noches en vela porque sus hijos tengan un futuro. Las que no piensan que el futuro es corto, o que no existe, sino que hacen que sus hijos crean en sus sueños. Las que a pesar de estar golpeadas por la vida, amargadas o tristes, crian las criaturas más amorosas, las más esperanzadas, las más hermosas que van prodigando amor a manos llenas.

A todas las madres, que pueden llamarse madres en la extensión total de la palabra.. va mi saludo, mi homenaje... y mi venia en este día!

1 comentario:

Leonor Rodríguez Rodríguez dijo...

Buen escrito a las madres, mi niña Lores, gracias.
Saludos afectuosos
Leonor