sábado, 14 de abril de 2007

El no mintió, sencillamente tú no estabas prestando atención.











El no mintió, sencillamente tú no estabas prestando atención.
¿Cuántas veces te ha pasado algo así en una relación? Después de que las cosas se han estropeado y tú estás sentada ahí con tu corazón partido intentando descubrir qué fue lo que pasó, salta delante de tus ojos: él dijo que nunca se casaría, dijo que no estaba preparado, dijo que tenía miedo de sufrir. Te dijo estas cosas, puede que incluso más de una vez, pero tú no las oíste. Si esto es un patrón familiar para ti, necesitas romperlo así que echémosle un vistazo al tema desde el punto de vista de la Inteligencia Emocional. En primer lugar, muchas veces cuando uso el término ‘inteligencia emocional’ con hombres que no están familiarizados con él, se ríen y dicen que tal cosa no existe o que es un oxímoron, es decir que inteligencia y emocional no puede ir juntas. ¡Nunca oí algo así de una mujer! Y justo ahí está la clave. Los hombres no se manejan tan bien con las emociones. Tienden a confundir pura atracción sexual con ‘amor’. Cuando un hombre está ‘a punto’ como yo lo llamo (ya sabes, como un perro de caza que encontró el tesoro), no está pensando. Lo más probable es que esté ‘desbordado’. Química y hormonas están alborotadas y le impiden pensar. Y si tú estás en situación parecida ¿quién está escuchando? También necesitas aprender cuándo escuchar: a un hombre le puede llevar horas darse cuenta de lo que siente. Prepárate para la cita. Ten claro quién eres y qué quieres. Si aparece un hombre que te interesa de verdad, para y piensa. Echa un vistazo a quién es y cómo está viviendo su vida en este momento. Descubre todo lo que puedas sobre su historia y hazlo al principio. Algo con lo que puedes contar es que durante los primeros días de romance los hombres son mucho más relajados en cuanto a lo que te dicen. La química del amor, digamos que les engrasa el cerebro, y te dicen montones de cosas dulces pero también sueltan otras muy informativas: cosas que necesitas oír y recordar. Después de romper con una relación de trece meses con Tony, mi cliente Alison me dijo que al principio, una vez que estaban fuera disfrutando de unas vacaciones ideales, Tony le había dicho algo a lo que ella debió haber prestado atención. Estaban bailando en un bar de la playa en Cancún, brillaba el sol, había risas, música y margaritas por todas partes, y muchas mujeres hermosas (además de Alison), y él rió y dijo ‘una mujer nunca sería suficiencia para mí’. A Alison le llevó trece meses recordar ese momento y descubrir que era cierto. Cuando Alison estuvo preparada para un compromiso, del otro lado solo encontró alguien que le daba largas. Al final, ella lo pilló viéndose con otra mujer y en ese momento ya no pudo seguir ignorando la realidad. El había dicho que una mujer nunca sería suficiente para él, y sí, lo había dicho en serio. Hay momentos en que todos decimos cosas que no van en serio. Pero de hecho sucede que es durante los primeros tiempos de una relación cuando nos empieza a apetecer ponernos serios y puede que también, un poco de los nervios. Como digo en mi ebook ‘Midlife Dating Survival Manual for Women’, en la mediana edad, cuando quedamos con alguien, no damos con pizarras limpias como ocurre a los 20. Nos metemos en el medio de la vida de otra persona y existe lo que llamamos ‘equipaje’. Pero a la vez, es precisamente este ‘equipaje’ lo que nos da la oportunidad de ver cuál es la historia de la otra persona. Lo mejor es tener presente lo que sabes que funciona para ti y lo que no y ceñirte a eso cuando el nivel emocional empiece a subir. Tomemos el ejemplo de la fidelidad masculina. No importa lo que pienses sobre el tema a nivel intelectual, en el fondo de tu corazón sabes si puedes tolerar la infidelidad o no. Si no puedes, si en tu lista de ‘debe ser/tener’ tú quieres un hombre en quien puedas confiar, cuando conozcas a alguien, no importa lo atractivo que sea, antes de dejarte llevar, y de que las flores y las palabras tiernas atonten tu cerebro pensante, examínalo. Entérate de su historia. Pregunta por ahí. Echa un vistazo. Piensa en el tema y conversa con tu coach: intenta ver cuál ha sido su patrón habitual en el pasado y de qué errores ha conseguido aprender. Cuanto mejor entiendas cómo funciona el cerebro masculino, mejor serán tus citas y mejor será la relación que eventualmente surja de ellas. Después, distánciate de tus emociones y mira fríamente cómo son las cosas en este momento. Toma conciencia de cómo él se comporta cuando está contigo, no solo lo que dice o lo que promete. Busca ayuda con este tema porque es importante. Es necesario que sepas en qué te metes antes de estar con el agua al cuello. En respuesta a nuestras extensas investigaciones y entrevistas con mujeres sobre ‘la otra mujer’, iniciamos un servicio de coaching investigativo muy discreto enfocado al tema. Muchas mujeres lo encuentran más cómo así y dejan que otra persona con cabeza fría y experiencia haga el trabajo y les de alguna orientación. Existen algunas claves que pueden ponerte sobreaviso con antelación y ‘una puntada a tiempo, ahorra nueve’. En este caso puede ahorrarte corazón, tiempo y energía, todo lo cual es muy importante. Como lo es también que puede evitar que añadas ‘equipaje’ negativo a tu propia situación. ¿Sabes esas mujeres que están metidas en el ‘odio a los hombres’? Quédate con los chicos buenos y nunca tendrás que estar ahí. La intuición es una parte fundamental de la IE. Si oyes cosas o ves cosas que disparan alarmas, no las ignores. Actúa cuando todavía eres capaz de pensar con claridad. Cuando más tiempo estés en una relación, más sumergida en tus pensamientos estarás y por lo tanto más confundida; de eso trata el ‘amor’. Seguro que no quieres ser ‘más infeliz pero más sabia’ otra vez ¿no? Usa tu IE y empieza a salir con alguien de forma emocionalmente inteligente – usando tanto tu cabeza como tu corazón.
Susan Dunn Emotionally Inteligent Solutions http://www.susandunn.cc













1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo he pasado estupendo leyendo cada entrada, cada artículo.
Felicitaciones de todo corazón.
Saludos desde Mérida, Venezuela.

Migdalia Mansilla