lunes, 17 de marzo de 2008

Hablando claro: la nulidad.

http://www.onesunart.com/images/Trapped%20%5B04%5D.JPG

Víctimas de una educación generacional, miles de mujeres enfrentan uno de los grandes males, silenciosos de la humanidad: la nulidad. Pareciera que al volverse los esposas de personajes célebres, no tan célebres y detestables, vuelven a la arcaica posición que por tiempos memoriales han impuesto las sociedades: el ser nada... quizás una sombra.

Niñas hermosas, jóvenes voluptuosas, energías vibrantes que un día fueron líderes, alcanzaron escaños, escalaron montes. Y de pronto se encuentran enfundadas en un traje deportivo, en el sillón de su casa, planteandose si realmente, están viviendo, o qué pasa.

Vidas entregadas a vivir en pos de alguien, sin ninguna motivación más que levantarse de la cama a preparar un desayuno, a arreglar el lunch de los hijos, a prepararse para empezar la tarea diaria de limpiar una casa, que como testigo mudo, se traga, se come, esconde su trabajo, y la hace quedar como un simple objeto, que está ahi, imprescindible para las necesidades que su esposo y sus hijos tengan, pero nada más.

Alto... reflexión... y un momento para pensar. ¿Qué estamos logrando con esas actitudes? ¿Por qué no se denuncia este hecho? Por que pasamos viviendo vidas de sombras... de tinieblas, cuando podriamos estar viviendo vidas llenas, plenas y realizadas. Cuando podríamos estar nivelando nuestras vidas y alcanzando esos sueños... que un día dejamos pendientes.

Será que vimos a mamá en este plano. Será que nos resulta cómodo estirar la mano y recibir lo que el otro "bondadosamente" nos desea proveer. Será que ese es nuestro destino. Muchas cosas se pueden argumentar. Y ninguna de éstas es válida. Hay quienes disfrutan esta posición, sin darse cuenta que como toda cosa que evoluciona, la evolución en este caso, es negativa.

Nuestras mentes se van añejando, oxidando y resultamos hablando cosas incoherentes, pensando como niños, y actuando peor. Nuestra autoestima se destruye, nuestro valor se evapora y ya no luchamos como antes. Muchos de estos matrimonios, uniones, se convierten en verdaderos fracasos... terminando en un rotundo divorcio... dejándonos con las manos cruzadas, un enorme trauma psicológico y con la ansiedad de que nunca fuimos nada, porque lo "único que fuimos fue ser amas de casa".

Se desarrolla una dependencia enfermiza de la pareja. Un parasitismo, que al final del cabo, nos lleva a la misma muerte, mental, espiritual y física. Cuantos sueños hemos dejado en el tintero, cuántas capacidades hemos dejado morir, cuantas sonrisas hemos dejado de dar, cuantos orgasmos hemos dejado de sentir. Ser pareja no significa, aceptar ese papel de nulidad, no significa perder la identidad propia y convertirnos en la "otra mascota" de la casa, esa que sacan a pasear los domingos, porque asi... se va a sentir bien.

Es tiempo de reflexionar... los parámetros que estamos enseñando a nuestras hijas, sobrinas, amigas. Que lo que vean no sea esa madre fodonga y añejada sino la radiante promotora de un mejor futuro. Que nuestras palabras crezcan, conforme van creciendo nuestras habilidades intelectuales. Si definitivamente no tenemos la capacidad o el tiempo de salir a trabajar o realizarnos en alguna rama laboral, hay tiempo suficiente para instruirnos y promover una identidad que hemos perdido.

Como víctima, como sobreviviente, como parte de una de estas situaciones puedo decir afirmativamente que se puede salir adelante. Pero requiere ovarios... requiere perseverancia, mucho amor propio y muchas ganas de echar a andar nuestros sueños.

Digamos no a la "nulidad". Pongamos un alto al auto rechazo, a la baja autoestima, a pensar que fuimos predestinadas a ser alfombra, y a ser objeto, y a ser un ser sin sueños y sin sentimientos. Se puede ser diferente señoras... se puede!!!

No hay comentarios.: