miércoles, 23 de abril de 2008

ayyy como nos gusta sufrir

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Cuando en la vida no hay valores, ni cimientos verdaderos, el sufrimiento toma un valor importante, podríamos decir que define a ciertas personas. Vidas que parecen vendavales, verdaderas novelas para escribir best sellers. Vidas atormentadas, que no parecen salir de una, para ya entrar en otra.

Y a primera vista nos diríamos... pobrecito, o pobrecita, pero como es la vida de injusta, como le trata de mal. Lo cierto es que muchas personas escogen el sufrimiento como una forma de vivir. Es cómodo, reditua muchas caricias al alma y se siente bien en cierta forma ser dignos de la lástima de los demás. Pero hasta donde nos beneficia. Hasta donde nos destruye.

Sentar el sufrimiento como base de nuestros días, es una tarea agobiante, un infierno eterno. A mi me parece pesado estar escuchando a esas mujeres que tienen un "curriculum vitae" de enfermedades. O las que despliegan sus tragedias personales, como cuando abrimos la billetera y desplegamos las fotos de nuestras familias.

Quien sufre y le gusta vivir en ese ritmo de eventos, no se tiene aprecio a si misma. El golpeteo constante, le produce, cruelmente un cierto placer. Es rico estarse lamentando todo el día.

Las raices del sufrimiento pueden ser varias. Malas escogencias. Malas decisiones tomadas. Abuso sufrido en el pasado. Aprendizaje a vivir en medio de vorágines, dignas de ser televisadas. Sin embargo debemos tener en cuenta que hasta cierto punto, nosotros somos los dueños de nuestros caminos. Nosotros decidimos que senda tomar. Y llega un momento de la vida en la cual no nos podemos tapar los ojos y decir "asi soy y no puedo cambiar"

Claro que se puede cambiar. Son actitudes, propensiones, tendencias. Son aprendizajes erróneos que pueden ser corregidos. Y esto puede ser a cualquier edad. Yo no creo en el refrán que dice que no se puede "enseñar mañas nuevas a perro viejo". Claro que todos tenemos una conciencia, y una forma de reflexionar y a cualquier edad, sea la que sea, se puede hacer un cambio radical en nuestras vida. El problema principal es que "no queremos hacerlo".

Lo malo con el sufrimiento es que se va quedando grabado en nuestras vidas. Como esas manchas en la ropa que no tratamos a tiempo. Y se convierte en parte de nuestra piel. Y así como se ha descubierto, que una "actitud positiva" trae cosas positivas a nuestras vidas. Una actitud agria y negativa, lo único que traerá a nuestras vidas será una serie de eventos nefastos que alimenten más esa necesidad de sentirse golpeado, esa necesidad de recibir la lástima de los demás. La fe positiva atrae cosas positivas, la fe negativa por lo consiguiente, trae las cosas negativas.

Arrastrar el espíritu, hurgar en el pasado, como quien hurga entre cosas sucias con una varita, solo trae un pestilente aroma a destrucción. Lamentarse por lo que pudo haber sucedido, llorar sobre victorias pasadas y derrotas actuales. Son señales inequívocas, de que nos gusta tener el huesped del sufrimiento metido en nuestra casa.

Hay personas, que por el contrario, han revertido el proceso, hay personas que han decidido ver lo brillante del sol, aunque haya oscurecido lo más negro profundo en su vida. Hay quienes deciden creer en que hay vida, aun cuando han visto la muerte cara a cara. Hay personas, que siguen creyendo en la bondad humana, cuando han sido golpeados por lo más malo y calañoso del ser humano.

Yo quiero ser una de ellas. Y dejar de sufrir.

Lore.23.04.08

1 comentario:

Jinna dijo...

Yo soy una de esas Lore, así que te puedo confirmar que es posible... ¿porqué sufrir por lo pasado, si pasado está?

Cierto es que las heridas no sanan por sólo decirlo... pero más vale ignorarlas y seguir pensando en el futuro.

Estoy convencida de que el ser humano es bueno por naturaleza, sólo que a veces ocurren cosas que nos vuelven malos... Todo el mundo merece una oportunidad, todos debemos aprender a seguir caminando y dar gracias de saber que siempre habrá alguien que esté peor que uno mismo...

Un beso!!